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domingo, 29 de noviembre de 2009

El Mundo en Alerta

Nuestra casa está en peligro

Desde la óptica del ciudadano común somos cautivos de nuestra propia incapacidad de modificar nuestro comportamiento. El entramado social que nos contiene está enfermo y nosotros somos agentes indiscutidos de esa sociedad.
En Argentina no hemos tenido la fuerza suficiente para hacer que los compatriotas, que pusimos a dirigir los destinos de nuestro país, nos respeten, como ciudadanos y seres humanos.
Nos engañan diariamente, desde ese contexto sociocultural vemos como el mundo se deteriora por causas naturales y agentes externos producidos por nosotros, que aceleran dicho proceso, actitud que, como meros espectadores vemos pasar ante nuestros ojos sin que se nos esté permitido hacer nada.
¿Hasta cuando vamos a seguir en ésta postura?


Cada uno de nosotros, por lo menos aquellos que esperábamos algo, han sido burlados por el poder político y por los personeros del caos que en forma inequívoca hemos instalado en el poder, sin saber como revertir ésta situación.
Los acontecimientos de los últimos meses nos muestran un descontrolado mecanismo de gestión pública que solamente tiene un fin acrecentar el poder o perpetuarse en él.
A los Argentinos nos parece que todo se termina aquí y que además de ser la resultante de una sociedad enferma, esto nos pasa por ser Argentinos, ya que en otros países “... Más cultos y con mayor historia ¡Esto no pasa!...”
Solemos escuchar, por boca de algunos “viajeros frecuentes” que: “. En Francia esto no pasa ...” o a los viejos inmigrantes que, después de cincuenta años de vivir en nuestro suelo, y haber hecho lo mismo que hubieran podido hacer en cualquier lado, ¡Siempre qué se lo permitieran!
Continúan mirando con nostalgia al otro lado del charco y expresando su desconsuelo por no vivir en su tierra, añorando los momentos felices pasados allí.
Olvidando que la vida se nutre de todos los actos y no sólo de los que, subjetivamente, guardamos en nuestra selectiva memoria.
Ya no existen países buenos o malos; mejores o peores, para vivir, cada uno de ellos tiene su vida interior cargada de esos momentos buenos y malos que pertenecen a la vida de las personas que los producen.
En ese contexto, hoy llamado “Global”, es nuestra casa, nuestro querido y sufrido planeta tierra, el que sufre las consecuencias de nuestra estupidez consuetudinaria.
Solamente debemos ver la información internacional y seguir atentamente los sucesos que ocurren en cada país para ver que en cada sociedad y cultura existen aspectos negativos que atentan contra los “Momentos Felices” de sus integrantes.
Argentina no es una isla, perdida y aislada del mundo, sólo es un país que, como otros, no ha sabido hallar el rumbo del porvenir y se nos hace, porque en él vivimos las buenas y las malas experiencias, de nuestra efímera vida, que contribuimos al deterioro global con nuestra desidia e inoperancia para ver más allá de nuestra propia ambición.
En los años treinta, del siglo pasado, Franklin Delano Roosevelt le expresaba al Congreso, Como forma de conseguir créditos para los agricultores saqueados por la prolongada sequía que asoló el centro del país desde 1932 a 1939: Palabras más palabras menos, “... Los pueblos que no cuidan su suelo se arriesgan a las terribles consecuencias que nos propone la naturaleza...” Fue a partir de ese discurso que se creó el organismo de “Conservación de Suelos” que dirigió Paul Bennet, uno de los especialistas que transformó la forma de cultivos en los Estados Unidos.
En los últimos años los distintos gobiernos, los productores e inversores, sólo miraron el desarrollo a través de la caja de un banco, sin importarles los medios y consecuencias por tal actitud.
Una actitud que hoy vemos a generado consecuencias nefastas en nuestro país, situación que nuestros gobernantes parecen no ver, como si desconocieran la importancia que Bennet y Roosevelt avizoraron hace casi un siglo.
La estupidez humana es un valor agregado que el hombre impone en su medio y no es privativo de tal o cual país, por el contrario es un bien que se observa en todas las Naciones y en todos los dirigentes que ostentan el poder desde distintos estamentos.

Juicio de “valores”

El juicio de “valores” que se pretende ejercer sobre la persona de Rodolfo Casamiquela quedará en manos de las personas capacitadas y designadas para cumplir esa función, nada agradable por cierto, ya que rebusca en la basura privada de las personas, pero enormemente notable porque instala en su justa medida la credibilidad o no sobre dichas personas y clarifica a la sociedad sobre que principios y valores deben sustentarse y glorificarse.
Con este principio claro se deberá tener cuidado de no aislar del contexto profesional la figura de la persona cuestionada ya que es doblemente culpable aquel que trasgrede las normas éticas y morales de su área de competencia. Tal como sucede con el sonado caso Grassi y otros.
Asimismo se deberá evaluar en profundidad de que forma sus conductas privadas afectan sus propuestas académicas o actividad profesional.
No es de ninguna manera comparable el “celo profesional”, enfermedad Argentina por excelencia, que engrosa el listado de afecciones que resaltan la Estupidez Humana, que seguramente regulaba la vida del paleontólogo Rionegrino, actitud que puede haberlo llevado a cometer actos reñidos con la ética y la moral que le imputan, los cuales desconozco.
Sin embargo debo aclarar algo que se le critica y que, en honor a la verdad, los indígenas Tsonekas y varias personas, entre los que me hallaba, le reclamábamos desde hacía mucho tiempo y nunca había querido abordar, hasta la citación del juez.
Tomar posición en la Cuestión Mapuche, su palabra en éste conflicto podía ser desencadenante, sabiendo esto no quería involucrarse y esto motivo nuestro repudió y mi renovado enfrentamiento con él. Finalmente debió asumir su posición que es la misma asumimos quienes conocen la Causa Indígena del territorio.
No existen “Pueblos Originarios” si no se tiene en cuenta el factor “Tiempo” de lo contrario todos somos originarios.
Es por este motivo que tomado a la ligera es incongruente hablar de pueblos originarios, como lo observaba M. Vignati en la década de los años cuarenta del siglo pasado.
Término que los Indígenas Argentinos no aceptan y sí reconocen los utilizados por nuestra Carta Magna en su Art. 75.- inc. 17.- “Pueblos Indígenas”.
(Para los interesados ver en este Blog: y en raspaggiari.blogspot.com “La Cuestión Mapuche”)
Lo valoré y critique en su desempeño como paleontólogo, única instancia en lo que llegué a conocerlo y pude tratarlo durante 1967/75, y luego en algunos encuentros esporádicos, mis criticas quedaron impresas en las páginas de D21 gráfico y digital, como así también mi reciente reconocimiento en los Blog que administro.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

(Como jugar a la escondida en Tribunales)

CORTE…Y CONFECCION


En total detrimento de años de lucha de diversas organizaciones sociales y académicas que bregamos por el respeto por los Derechos Humanos en general y los Derechos de niños y jóvenes debemos presenciar con estupor como la Corte Suprema de la Nación (en su constitución histórica más jerarquizada por la idoneidad de sus miembros) declara la constitucionalidad del decreto-ley 22.278 (Ley Penal de la Minoridad) al rechazar un hábeas corpus presentado por la Fundación Sur en defensa de los adolescentes no punibles encerrados en el Instituto San Martín.

Diego Dieguez

El hábeas corpus referido ,tras esperar su resolución por más de un año, fue rechazado por el Máximo Tribunal ocasionando un daño irreversible a los jóvenes privados ilegítimamente de su libertad (todos menores de 16 años) y al sistema de justicia en su totalidad.
Las razones de los Cortesanos en sus votos son más que meras frases retóricas bajo las que se pretende esconder la verdadera fuente del rechazo: el temor a dejar libres a esos jóvenes so pretexto de eventuales crímenes que pudieran cometer. Esta suerte de futurología criminal no hace más que poner en evidencia la falencia del sistema de privación “legal” (¿) de la libertad.
Las deleznables condiciones de encierro estatal en la Argentina dan de bruces con nuestra Carta Magna circunstancia que ningún Magistrado ignora. Innumerables Tratados Internacionales junto a un sinnúmero de leyes propias nos hablan de las condiciones legales en las que debe desarrollarse el encierro de los procesados y de los condenados. Nada de eso se cumple en la realidad carcelaria actual donde la estigmatización social y judicial tiende a victimizar a quien eventualmente hubiera violado la normativa penal vigente.
Me pregunto: ¿Cuántas penas tiene la pena? Y en el mismo sentido cabe la reflexión afirmativa: ¡Cuántas penas tiene la pena! . . .
A casi 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos el cúmulo de asignaturas pendientes debiera ruborizar a quienes en algún punto tienen o tuvieron las armas suficientes para torcer este destino injusto.
De nada sirven entonces los cambios legislativos, las convenciones internacionales y la profusa bibliografía desde las diferentes ramas profesionales que abordan la problemática infanto-juvenil cuando desde la más alta jerarquía del Poder Judicial se sigue convalidando el encierro ilegítimo reivindicando leyes pretorianas de “iluminados genocidas”.
La muerte sigue los pasos de nuestros pibes y los acorrala entre el Paco y la Cárcel….¿Podés mirar hacia otro lado?....¿O preferís guardar una buena ubicación en este circo apocalíptico de crueldad?... Quédense tranquilos que hay rejas que nos separan de la pista…

lunes, 9 de noviembre de 2009

Para Pensar y agilizar la memoria.

Volverían los arrestos en Provincia por merodeo, vagancia y ebriedad
InfoBAE.com - ‎hace 36 minutos‎
Es un proyecto de ley enviado a la legislatura para que la Policía "recupere las calles". Prevé arresto para el "merodeo", la "vagancia", las "patotas en la calle" y estar en "estado de ebriedad" Así lo confirmó el ministro de Seguridad bonaerense, ...
Polémica por el posible regreso de las contravenciones Online-911
Stornelli confirmó que la Provincia buscará volver al régimen de ... Aninoticias (Comunicado de prensa)

D21/fps

Regresar al pasado con el pensamiento de “Recuperar las calles” en un estado de derecho vulnerado por el total debilitamiento y descontrol de las instituciones es generar mayor inseguridad.
El total descontrol de los organismos que deben regular y controlar los servicios públicos y el accionar de las fuerzas de seguridad, no es ninguna novedad y es una barbaridad que los funcionarios intenten con paliativos y “Tapando agujeros” resolver una situación que no saben como combatir, la inseguridad.
Inseguridad que esta diezmando a los ciudadanos entre los que paradójicamente hay muchos integrantes de las fuerzas policiales que han sido asesinados en las calles.
¿Quién determinará el “Estado de ebriedad” de un infractor o volverán los casos Canessa, (Necochea); Breu, (La Plata)


Inician operativo contra el dengue
El Nacional (República Dominicana) - ‎07/11/2009‎
La Secretaría de Salud Pública inició este sábado un amplio operativo de prevención y orientación para combatir y evitar el dengue, la malaria, la leptospirosis y otras enfermedades, que incluye fumigación para eliminar los criaderos de mosquito ...
Tamaulipas registra 410 casos de dengue Milenio
Destinarán 16 mdp por dengue en Tabasco El Universal (México)


D21/fps

Estamos desde hace un tiempo reclamándole a las autoridades sanitarias de nuestro país, Argentina que se realicen campañas de prevención contra enfermedades estacionales que debimos soportar recientemente y que los especialistas vienen reclamando a las autoridades nacionales.
Colombia y México ya están realizando operativos de prevención mientras en nuestro país el matrimonio Kirchner y la clase política esta preocupada por defender y acrecentar su poder y no por la vida de los ciudadanos.

viernes, 6 de noviembre de 2009

La Obscenidad es hacer y olvidar a los pobres, no mostrarlos.


La Sra. Presidenta criticó a la prensa por mostrar “... en forma obscena a los pobres...” como siempre la culpa sobre el mensajero es una constante de los espíritus totalitaristas, absolutistas.

Ruben A. Spaggiari

Alimentar la hipocresía de los Argentinos es una constante en los discursos de la Sra. Presidenta, como lo es, hacer un llamado a la intolerancia y la violencia, cuando el que habla es su esposo.
Ya lo hemos manifestado, en otras notas que tanto fps como D21 publicaron anteriormente, cuando hicimos referencia a estas actitudes enfermizas de los titulares del Ejecutivo Nacional, por regla general, nada sano puede emerger de una sociedad enferma, y los Kirchner no son una excepción a la regla.
Sí es obsceno no dar curso al llamado de la Suprema Corte de Justicia, instancia a la que debió llegar la AIRA en representación de los indígenas para exigir sus reclamos ante la inexistencia maliciosa de un Estado ausente.
Obsceno es convalidar las aberrantes situaciones que se desarrollan en todo el territorio nacional contra los pueblos indígenas por mantener un sistema que no les es propio cuando la Ley 23.302 expresaba textualmente lo contrario al organigrama administrativo e institucional que se implementó a través del INAI.
Obsceno es mantener en Chaco una caterva de funcionarios que desde el COREBE deberían dar soluciones a las inundaciones o graves Sequías que asolan estacionalmente la región sin que nadie le pida explicaciones.
Obsceno es que a las puertas de una nueva temporada de grandes calores no se hayan realizado las investigaciones e implementado los recaudos para prevenir un nuevo brote de Dengue como el que asoló la localidad de Charata y que apunta a reaparecer con mayor contundencia.
Es extremadamente obsceno crear mecanismos asistenciales, con marcado criterio clientelista, para los más desprotegidos.
Obsceno es recurrir a la caja del ANSES toda vez que se requiere dinero cuando los propios jubilados sobreviven con remuneraciones miserables.
Es obsceno observar como matan todos los días a ciudadanos indefensos mientras el Estado y los dirigentes políticos, que debe brindarnos seguridad, se debaten en enfrentamientos sin encontrar soluciones al grave problema de preservar la vida de los ciudadanos.
Es obsceno hacer la vista gorda ante el accionar de los grupos sindicales de poder, adictos al gobierno, que por el momento les son funcionales a sus apetencias políticas.
Es obsceno que los “negros” estén en el léxico de la Sra. Presidenta aún para que pretenda defenderlos, como un paradigma del humanitarismo que, entre tantas obscenidades debemos reconocer, parece una burla.
No señora, la Constitución Argentina en sus tantas versiones ya a partir de aquella del 53 establece la libertad de todo ser humano y de vientres, usted lo sabe, así que en nuestro país los únicos negros que existen son los de mente, que operan y operaron en nuestro país enrolados en distintas corrientes, posturas, filosofías y partidos políticos y, como vemos todos los días, siguen existiendo y diciendo obscenidades.

Falleció Félix Luna


El miércoles 4 de Noviembre de 2009 murió, a los 84 años en la ciudad de Buenos Aires, luego de estar hospitalizado por una dolencia por más de treinta días, el genial hombre de la cultura, historiador escritor, periodista y poeta Félix Luna a quién todos llegaron a conocer a través de sus libros y de su más galardonada creación la revista “Todo es Historia” con los cuales introdujo la historia Argentina, generalmente esquiva para la sociedad global, entre la gente.
Nuestro más profundo reconocimiento a quién fuera un precursor de la divulgación pública de los temas álgidos de nuestro pasado, hechos que forman el entramado social, político, económico, de la historia Argentina.

Los pasos del hombre


Nuestro andar sobre la tierra.

Los hallazgos que se vienen publicitando en los últimos meses del año 2009 sobre la evolución humana nada tienen de nuevo para la ciencia ya que sólo están dándose a conocer al público.
La comunidad científica viene trabajando sin interrupción y estos descubrimientos que hoy se presentan datan de la década de 1970 en adelante, como veremos, pero a esta altura de los acontecimientos se hace necesario historiar un poco este recorrido para comprender en que momento de dicha historia estamos hoy.


Para comprender cabalmente el derrotero de nuestra especie sobre la corteza terrestre debemos primero comprender, al menos superficialmente, como la ciencia ha elaborado sus propuestas y en que forma ha logrado llegar hasta donde llegó, para dotarnos de ese muestrario que conforma las ramas de un árbol evolutivo muy complejo, tanto que ni siquiera Darwin lo hubiera imaginado.
Partiremos de lo conocido hacia los comienzos del siglo XX cuando el hombre de la calle, el hombre como usted y yo, estaba convencidos que la controversia entre los Darwinistas confesos y los teólogos defensores del dogma católico, se seguían enfrentando en acaloradas discusiones que en la realidad nunca existieron.
Tanto los unos como los otros proponían sus hipótesis fundamentando, a veces acaloradamente, sus contenidos, que generalmente fueron ampliadas, exacerbadas y hasta malinterpretadas por una prensa que recién despertaba al conocimiento científico.
Esa información era la que generalmente llegaba al gran público, naciendo una creencia generalizada y plasmada en el ideario colectivo y popular con la frase famosa de que “El hombre descendía del mono”.
Todavía estaban vigentes las caricaturas de Darwin en un cuerpo simiesco con la que lo habían ridiculizado sus detractores.
Lejos estaban estas posturas populares del verdadero e infatigable trabajo de los investigadores que habían aprendido de sus propios errores y desaciertos el verdadero camino hacia el conocimiento de nuestra evolución y el rol que en la misma le cabía a la especie humana.
Las primeras décadas del siglo XX hasta el silencio que se produjo entre 1914 y 1945 como resultado de las dos grandes guerras, que paralizaron el mundo y lo llevaron al borde de la locura.
La enorme tecnología desarrollada con fines bélicos se volcó también a un mayor y mejor conocimiento y aplicación de la ciencia y la tecnología para usos pacíficos y en particular para la investigación, aspecto éste que mejoró los niveles de datación y potenció la capacidad humana por recuperar el tiempo perdido.
No significaba ya la simple tarea de conocer nuestra evolución sino de dotar al hombre de un saber que le permitiera comprender la importancia de la existencia humana y el rol que como tal debía plasmar durante dicho proceso.
La ciencia sentía que tenia en sus manos la obligación de dar a la humanidad una razón de ser y de existir, antes de que primara la estupidez y el enorme poder de destrucción que se había manifestado en los años pasados.
Ya no se trataba sólo de conocimiento, se requería darle a la humanidad un fuerte objetivo por el que sentir que su devenir hasta el presente había sido tan arduo, lento y plagado de dificultades que debía defender y cuidar aquello que había logrado, para proyectarlo hacia el futuro.
Siempre cuando debo abordar temas relacionados con la vida, la evolución y la especie humana, vienen a mi memoria las palabras de quién tanto influyera en mí, el gran poeta de la ciencia que fuera Loren Eiseley, quién desde las páginas de “El firmamento del tiempo” siempre me guía para observar con meridiana ecuanimidad el desarrollo del saber.
Hoy más que nunca los científicos investigadores y en particular los antropólogos y divulgadores de las ciencias deberían abrevar en la guía sin desperdicio que representan los textos de Eiseley.
En particular hoy ante la gran cantidad de información que parece querer derrumbar nuestro mundo conocido para construir en su lugar un andamiaje que sustente una nueva concepción del hombre y de la vida.
Hacia el siglo XVIII y XIX la religión mantenía el andamiaje de las creencias generalizadas y el pensamiento científico pugnaba por romper con esta dogmática coraza que impedí el surgimiento de propuestas renovadoras.
Aun así sólo unos pocos se animaban a divulgar sus conocimientos antagónicos con la iglesia.
El concepto de evolución se hallaba implícito en casi todos los trabajos de la época y tanto los naturalistas, de bien ganado prestigio como los geólogos se cuidaban muy bien al exponer sus ideas para noquear en enemistad con las ideas del dogma.
Hoy al estudiar el conjunto de antecedentes para una historia de las ciencias humanísticas podemos decir, sin temor a equivocarnos, que Carlos Darwin fue un aglutinante de las propuestas dispersas, entre líneas, de infinidad de estudiosos que le precedieron y que, como él, no se animaron a romper con el esquema instituido y el poder de la iglesia.
Siempre viene a mi memoria la figura de Julio Verne, (Nantes, Francia,1828-1905) el prolífico escritor que se convirtió en un “Visionario” y comenzó a publicar relatos de aventuras en los cuales daba a conocer artilugios tecnológicos que luego serian utilizados en la vida real debido al avance de la ciencia y la tecnología.
Su fecunda imaginación y su genialidad para plasmar sus ideas en una coherente narrativa le valieron el reconocimiento de sus contemporáneos y de los siglos por venir siendo muy reconocido hasta mediados del siglo XX cuando comenzaron a surgir otros escritores que se animaron a abordar una temática similar pero nunca igualada a la del “Genio de Nantes”.
Fue sin dudas su fecunda imaginación, pero también su gran información, su capacidad para percibirla y él haber nacido en un momento de la historia de la humanidad en el que, los cambios sociales y científicos impregnaban el aire que se respiraba, una mente creadora se hallaba imposibilitada de sustraerse de semejante influencia.
Lo mismo sucedía con la ciencia. Sus cambios que se producían si las ideas podían ser expuestas con relativa validez y seguridad ante las sociedades científicas que regían el saber científico de entonces.
Como dije muchas de esas ideas quedaban en el papel, en escritos de publicaciones, cartas entre los estudiosos o en el mejor de los casos en los textos de los libros que permitían a quienes tenían la capacidad económica para enfrentar la edición, exponer las ideas y evitar la confrontación y el ridículo.
Antes que Darwin varios colegas suyos habían propuesto ideas semejantes y hasta su propio abuelo Erasmus Darwin fue un ferviente evolucionista, tendencias que el propio Darwin se encarga de ocultar y hasta de negar: “... “Ocasionalmente interrogué a no pocos naturalistas, y nunca ocurrió que me cruzara con ninguno que pareciera dudar de la permanencia de las especies...”
Sin embargo como lo hace ver Loren Eiseley en su “El Firmamento del tiempo” pág.67: Ya en 1819 un poeta Samuel Taylor Coleridge en una conferencia de filosofía se refiere a la creencia de que: “ha llegado a ser muy corriente, aun entre los pueblos cristianos, que la raza humana surgió de un estado de salvajismo y luego gradualmente, a través de varias etapas, llegó del mono al hombre”.
Eiseley se ve en la obligación de aclarar que el poeta en cuestión no era un evolucionista sino que se había hecho eco de la información que estaba en el ambiente de la época que, como dije, Darwin decía no existir.
Pero aún cuando es entendible ese “desconocimiento” puesto de manifiesto por Darwin lo cierto es que ninguno de aquellos que “Intuían” los principios evolucionistas se animaron a romper con las estructuras establecidas y el propio naturalistas inglés debió librar una batalla personal e intima con sus creencias que le permitieran postular las bases de la teoría de la evolución de las especies.
Fue tan fuerte esta batalla personal, que no fue él quien la presentó ante los científicos, inquisidores de la ciencia de entonces, sino su amigo el biólogo T. H. Huxley,
Mucho antes de que Carlos Darwin publicara en 1859 “El Origen de las especies” Coleridge decía en su conferencia sobre filosofía en 1819: “Quienquiera que este familiarizado con la historia de la filosofía de los dos o tres últimos siglos no puede sino admitir que parece haber existido entre doctos una especie de acuerdo tácito y secreto de no ir más allá de cierto límite en la ciencia especulativa. El privilegio del pensamiento libre, tan ensalzado, en ninguna época fue considerado válido en la práctica, excepto dentro de ese límite.”
Esta hermosa frase de Coleridge que Eiseley traspone en su obra y que yo retomo como una simple referencia inequívoca de la dura batalla que debió librar Darwin con sus convicciones para vencer el enorme silencio de sus ideas que sus pares venían realizando desde hacia años.
Ideas en las que seguramente Darwin desde su más tierna infancia vivenció ya que como dije su propio abuelo se había destacado por ser un reconocido defensor de este tipo de ideas.
Así como lo demuestran los modernos historiadores de la ciencia Darwin no podía desconocer el pensamiento de sus pares, incluyendo aquellos que se anticiparon a sus ideas aún cuando, estas se hallaran ocultas detrás de un gran cúmulo de observaciones y postulados que desdibujaban la propuesta evolutiva en sí misma.
Sin embargo es el propio Darwin quién en sus cartas reconoce que siente cierta fascinación por algunos naturalistas jóvenes con ideas muy interesantes a pesar que dice desconocer que la idea de la evolución flotara en el ambiente de su época.
Hoy podemos decir que una idea renovadora de la evolución humana surgió con Svante Arrenius y luego con Francis Crick y Leslie Orgel ignorar esta propuesta no la podrá hacer desaparecer, todo lo que se dijo al respecto esta allí en libros, comunicaciones y publicaciones varias.
En los últimos años el trabajo de geólogos sobre los “cráteres de impacto” y sus vestigios geológicos han demostrado que ésta hipótesis no tiene nada de descabellada, decir que no existe una nueva posibilidad es ir en contra de un principio fundamental de la ciencia.


miércoles, 4 de noviembre de 2009

Partió Un Grande


Claude Lévi-Straus, uno de los intelectuales más relevantes del siglo XX, destacado antropólogo y creador del enfoque estructuralista de las ciencias sociales, falleció el sábado 31 de octubre a los 100 años.

En Buenos Aires tomé contacto con el pensamiento de Levi- Straus en 1979 a través de los cursos que Blas Alberti brindaba en el barrio de Caballito.
A partir de allí surgieron corrientes estructuralistas en todas las disciplinas del saber, Gramática, Filología, y todas aquellas disciplinas que pudieran ser tratada desde la óptica de ésta corriente de pensamiento, cuyo artífice el antropólogo Francés Claude Levi-Straus, alimentó el germen de su propuesta en sus juveniles trabajos en Brasil, falleció en su país el pasado sábado.