ARGENTINOS
En momentos como este, tan
particulares, nos merecemos abordar la temática planteada en el copete de esta
nota: Los sentimientos de los argentinos.
¿Por qué ahora? Se peguntará
usted, ¡Que le parece! El mejor futbolista del mundo es uno de los nuestros y él
destrono a otro argentino, sentado en el sillón de San Pedro, como la mayor
autoridad de la Iglesia de Cristo, se encuentra otro argentino, y por si fuera
poco, “cuervo” ¡Perdón, se me escapó!
Tenemos como Presidenta de los
argentinos, nos guste o no, una mujer, con lo que hay que tener, en un país del
tercer mundo, que los pone sobre la mesa, y parece no temerle a las facturas de
la historia, ni al poderío mediático.
¡Qué mejor momento! para hablar
de “nuestras más caras aspiraciones”,
y no me estoy refiriendo a los “nariguetazos” a los que se refirió
oportunamente Lestelle, aquel ignoto farmacéutico de la Prov. De Buenos aires
que llegó a ser Secretario de las Adicciones y en sus funciones se metió contra
los Ser. Diputados, y sus adicciones.
Creo que es un buen momento,
estamos más próximos al 2 de Abril, esta fecha es, no cabe la menor duda, es la
más cara a nuestros sentimientos, por proximidad histórica y por la simple
razón que muchos de los protagonistas y artífices de esa gesta patriótica se
encuentran entre nosotros y pueden contarnos sus experiencias.
Pero vayamos por partes… dijo Jack
el destripador.
¿Qué es, ser argentino? Sentirse
argentino, tener un sentimiento de nacionalidad.
Ser argentino, y no nos estamos
refiriendo a lo expresado en la partida de nacimiento, es cierto sí, haber
nacido en este suelo, pero fundamentalmente sentir la pertenencia al lugar
donde vive, percibe, siente, que es el
lugar que lo representa, le permite vivir en la “supuesta libertad” en que nos
deja el sistema, poder cumplir sus anhelos, sus expectativas, para con usted,
sus seres, queridos, su familia e hijos.
Si esta premisa se cumple,
medianamente; (Nunca nuestros anhelos serán logrados plenamente, el fin es: no
claudicar nunca de ello.)
Estaremos elaborando,
consolidando, construyendo, el “Ser Nacional” ese profundo sentimiento de
arraigo con nuestro suelo, sus historias, sus personajes, símbolos y
circunstancias que hacen de este lugar, un sitio digno de ser vivido, de
cobijar mis amores, afectos, pertenencias, donde se siente libre para construir
su propio camino, criar y educar a nuestros hijos.
Quién no siente cumplidas
medianamente estas premisas, en su sitio, no siente libertad para proyectar sus
esfuerzos, mal puede sentir un sentimiento de pertenencia, sus aspiraciones no
pueden ser cumplidas y sus anhelos se diluyen con el paso del tiempo.
El hombre tiene expectativas
acorde a su longevidad, ese es el motivo por el cual sus expectativas son
medianamente rápidas: Puede esperar, pero no más allá de sus años vitales junto
a sus seres queridos, sus hijos, a quienes quiere ver educarse y crecer.
Afianzado, ese sentimiento de
pertenencia a la tierra, su historia,
personajes, Instituciones, símbolos, tradiciones, todos en su conjunto
fortalecerán el sentimiento patriótico, por el que uno daría su mayor esfuerzo,
por defender su “PATRIA”.
Definido como aquel lugar donde nuestro protagonista, siente que,
esa sensación de libertad, se concreta.
Aquellos que no se sienten libres,
en el sitio en que les tocó, que no sienten bajo sus pies el profundo arraigo de
su suelo, no sabrán nunca lo que es el sentimiento “Patriótico”, suele
sucederle a los solitarios y a los viajeros consuetudinarios, cuyo suelo bajo
sus pies, cambia rápidamente; para quienes “estar bien” es una mera
circunstancia, efímera e intrascendente.
El “sentimiento Patriótico” es
mayor, cuanto mayor es el conocimiento de nuestras raíces, que alimenta nuestra
pertenencia, revaloriza nuestra posición, ante la historia, sus protagonistas,
los símbolos, las instituciones.
En definitiva tener nuestras raíces,
en nuestro suelo con conocimiento de las luchas de quienes nos precedieron en
lograr aquello que sentimos como propio.
El “Nacionalismo”, el “Sentimiento
Patriótico” es producto de nuestro arraigo a la tierra que nos vio nacer, donde
elegimos vivir y trascender, donde nos sentimos partícipes de algo importante
que debemos proteger, cuidar, defender.
De esto se desprende el desarraigo
creciente de las “Nuevas Generaciones Informáticas” que descreen de los
nacionalismos y de conceptos como Patria, Tradición, Terruño; términos todos
ajenos a su realidad.
La realidad de las “generaciones
Informáticas” no comenzó, contrariamente a lo que se piensa, con la aplicación
de estas nuevas tecnologías sino con el acelerado ritmo creciente de las
comunicaciones, donde la informática, es un rubro más, quizás uno de los más
recientes, a tener en cuenta.
Esta expansión de las
comunicaciones tiene su centro en la sociedad tecnológica que la genera, que en
este caso son los países de punta, o quienes ostentan el poder sobre el mundo
que tienen la capacidad de penetración en todas las sociedades del Orbe.
Así, la cultura y sus “Movimientos
Culturales” juegan un rol protagónico en la creación de una nueva corriente de
pensamiento, el lenguaje, la música, las letras, la cinematografía; todo sirve
y se orienta a ese principio de expansión desde el foco de irradiación.
Es así que las nuevas generaciones
fuero influenciadas mediante estos mecanismos, muchas veces subliminales que se
hallan en la agenda diaria de quienes manejan los hilos del poder, NO es una entelequia. NO es una vana “Teoría Conspirativa”.
Estas acciones son la resultante
de pensamientos colonialistas, expansionistas, absolutistas o totalitaristas.
Pensamientos que dañaron, en el
pasado y continúan dañando, nuestro incipiente desarrollo; nos quieren
desunidos, por eso combatirán con todos los argumentos posibles las cumbres que
intenten nuestros países, el MERCOSUR,
la UNASUR, cualquier reunión que
conlleve un diálogo conjunto de los países de la región y el Caribe.
Nosotros, los mayores, entre los
que me encuentro, juzgamos con mucha ligereza a las generaciones jóvenes, somos
rápidos para endilgarles muchos de los males que sufren: Desinterés, desidia,
apatía ante los acontecimientos de nuestra sociedad.
Decimos esto sin pensar que
medianamente fueron nuestras generaciones quienes permitimos la penetración
perniciosa de esa moderna forma de adoctrinamiento o lavado de cerebro, que se
agudizó Después de la segunda guerra Mundial.
Winston Churchill dictó, en 1945, las bases de la política imperialista
para Argentina y parte de América Latina: “No dejen
que Argentina se convierta en potencia. Arrastrará tras ella, a toda
América Latina”, Yalta 1945.
Desde el Instituto Lingüístico de Verano, expulsado de varios países de
América y el Caribe, hasta las Iglesias
electrónicas que proliferaron por América del Sur, en los años setenta; la
perniciosa penetración de la TV y el Cine a través de la TV por cable, fueron herramientas sustanciales de ese
adoctrinamiento, que hemos permitido.
Esto no es una conspiración es un
muy bien urdido plan de sojuzgamiento que padeció y padece, la región, y
nuestro país en particular.
La caída del Peronismo del lugar
hegemónico que le cupo desarrollar en los años cuarenta y cincuenta en toda la
región, fueron el preludio previsto por el estadista inglés; su plan, para
derrocar al Peronismo del liderazgo en América Latina.
Sus palabras en la Cámara de los
Comunes en 1955, demuestra lo sistemático del plan: "La
caída del tirano Perón en Argentina es la mejor reparación al orgullo del
Imperio y tiene para mí tanta importancia como la victoria de la segunda guerra
mundial, las fuerzas del Imperio Inglés no le darán tregua, cuartel ni descanso
en vida, ni tampoco después de muerto.”
Todo esto, mi generación lo
soportó, divididos entre “Peronistas y antiperonista”, radicales y sus divisiones
internas, divisiones que generaron en el país el pluripartidismo y la
dispersión; fuimos nosotros quienes no supimos sacudirnos el yugo de la
dependencia.
Toleramos, nos acomodamos, quizás sólo
sobrevivimos, ese será quizás nuestro estúpido pero perdonable justificativo,
no hemos sabido combatirlo con suficiente fuerza como para revertir esta ignominiosa
situación.
La sociedad en su conjunto debe
asumir ellos tienen planes a largo plazo y no finalizan a la muerte de sus
personeros de turno, Churchill, como lo fue Disraéli o la
nefrasta, para nosotros, Margaret Tacher, fueron simples piezas, en este
juego perverso entre naciones, ni siquiera los pueblos tienen arte y parte,
estos son engañados por la propaganda de uno y otro bando para conseguir
moligerar el impacto social o el costo político.
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