El “Modelo Holográfico”
Un hombre decía fotografiar el Pensamiento; mirando
fijamente una cámara fotográfica, imprimía, de esa forma, sin tocarla, la
película fotosensible en su interior, de sólo pensar en un objeto o cosa.
Otro sujeto decía saber lo que una persona pensaba o diría
instantes después, ¡La distancia entre ambos, no importaba!
En
algún laboratorio experimental, individuos con manifiestas percepciones
premonitorias, se prestaban a una evaluación con un mazo de cartas “Zener” que
el investigador u operador exponía, aleatoriamente, mientras un sujeto predecía,
sin verlas, las imágenes de cada tirada.
J.B.Rhine en una práctica |
La
Universidad de Duke en Estados Unidos, donde fue el Dr. J B. Rhine el precursor
de una búsqueda sistemática y metodológica de una explicación coherente de
estos fenómenos que burlaban las leyes de las ciencias conocidas.
Acuño,
junto con otros, el término
“Parapsicología” para denominar esta nueva disciplina que trastornaba a los más
lúcidos hombres de ciencia que preferían “negar a priori” que dedicarle tiempo
a explicar aquello que jamás podía ocurrir.
En
nuestras latitudes fue el Dr. Muso el precursor de la Parapsicología y
traductor de los libros de Rhine sobre ella, que se publicaban en la
prestigiosa editorial Paidós.
En
Buenos Aires, fomentó el estudio serio de los fenómenos paranormales e inició a
muchos jóvenes, entre los que me encontraba, a continuar e impulsar su
investigación, haciendo hincapié en hacerlo seriamente y con excelencia.
Fundó
el Instituto parasicológico de Buenos Aires y varias instituciones que llevaron
adelante su impronta personal.
Fomentó
e impulso la línea estadística, con Nahúm Kreiman a la cabeza, esa interminable
y tediosa forma de evaluación de aciertos y fracazos.
Posteriormente
desde la Universidad Nacional del Litoral, donde se había instalado, Muso
impulsó con fervor el abordaje serio de la Parapsicología desde los claustros
académicos.
Empeñado
en esto, junto a los precursores norteamericanos: William McDougall y J.B.Rhine
bregó con todas sus fuerzas por crear un cuerpo metodológico para la nueva
disciplina siendo a la vez modelo para quienes se iniciaban en la práctica de
la Parapsicología.
Como forma de morigerar los efectos negativos que estas experiencias producían, en los claustros universitarios, que se oponían a estos comportamientos extravagantes, espontáneos y aleatorios de ciertas manifestaciones humanas, que no podían ser explicadas bajo las premisas conocidas.
Prácticas
que generalmente se resistían a ser investigadas dadas las propias
características de la manifestación, espontánea, no comprendida por los propios
sujetos.
Se
las disfrazó bajo el ropaje de, “cátedra auxiliar” de Psicología, disciplina que ya se había
ganado su lugar, después de batallar duro, en los claustros académicos. Se la
llamó “Psicología Experimental”, quizás por ser el ropaje que mejor la definía
ante los ojos de los que intentaban definir el comportamiento humano y ciertos
estados alterados de conciencia.
Hoy
estamos en el umbral de poder explicar estos sucesos que, salvo los entendidos de la física cuántica, las
personas comunes, seguiremos sin saber ¿Cómo
y por qué? Ocurren.
Ahora
tenemos esa teoría de la que hacía
mención Godavage en su libro “Magia ciencia del futuro” cuando decía: “… No pasará mucho tiempo que tendremos una
teoría en la que sustentarnos, para con ella, poder dar una explicación
coherente y entendible a estos, extraños casos, que estamos intentando explicar,
sin éxito.”
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