¡Basta!
Ya saturados por una
industria que ha hecho de la figura de los “Héroes de fantasía” su máquinita de
producir dólares, a expensas de la calidad del buen cine, una decadencia que ni
produciendo, algo diferente como “Avatar”, pudieron revertir.
Las súper fantasías
mecanizadas como “Transformer” anulan el trabajo actorál y ponen de manifiesto
la decadencia de una industria en retroceso que intenta sobrevivir apelando a
los golpes bajos.
Es
bueno que la industria, la ciencia y la tecnología se equiparen, siempre que
esa paridad permita que surja un producto de mejor o buena calidad, que no logremos
entrever en la producción cinematográfica de los últimos años.
Es indiscutible que se han realizado éxitos de taquilla, “El Código Da
Vincci”, “Avatar” que lograron superar la inversión; pero en el séptimo arte se
intentó siempre lograr un producto que no fuera perecedero, que las
generaciones venideras pudieran volver a recrear sin tropiezos.
Esto
es lo que se logra con producciones como: “Lo
que el viento se llevó”, “El viejo y
el mar”, “Zorba, El griego”, “Los Cañones de Navarone”, “Cantando
bajo la lluvia”, “Casablanca”, por nombrar un minúsculo puñado de grandes producciones,
éxitos de siempre, en la pantalla grande, que son y serán vistos por todas las
generaciones.
Esa
decadencia, observada en la realización norteamericana permitió que producciones
extranjeras pudieran tener cabida en la preferencia del público, lo que llevó
al crecimiento de las industrias cinematográficas incipientes de otros países
hasta ahora, casi inexistentes, fuera de sus países de origen.
La
grilla de alternativas de pantallas que la T.V. ofrecía repetitiva, se vio
alterada por la irrupción de una señal nueva (Para los Latinoamericanos)
Europa-Europa; depositaria de un cine más cuidado, que añorábamos.
Las
renovadas y creativas, en sus guiones: “Misión Imposible”, o las realizaciones
de ese gran director: Jean Luc Besson, “El Profesional”, “El Trato oscuro de la
mafia”, “El Quinto elemento”, producciones que cuentan con la impronta del cine
norteamericano, pero indudablemente tienen marcado a fuego su origen Europeo,
(francés).
Fueron
la delicia de los amantes del buen cine, más detallista y cuidado que el cine
americano puro, ese cine rápido, veloz y furioso de los últimos tiempos, que
había saturado la pantalla.
Dicen,
que los extremos son malos, la industria cinematográfica parece darle real
importancia a esta premisa, suele pasar de una temática loca, feroz
vertiginosa, a una impronta costumbrista, saturada de extensos diálogos, casi
bucólica.
Los
dos extremos son malos para el espectador; es cierto, está saturado de robot, mutantes y súper héroes, súper villanos y de
sus inverosímiles andanzas.
Quizás,
el esfuerzo actoral, para hacer una producción donde los efectos son
predominantes, sea mayor y el actor o actriz deba esforzarse, quizás no en su
condición histriónica pero sí en su propuesta física, no lo sabemos pero si
bien se refleja en la pantalla esa condición física que se debe poseer para
realizar ciertas secuencias, es evidente que la verdadera actuación actoral
brilla por su ausencia.
Creo
que los amantes del cine, fieles a la búsqueda de contenidos, se merecen una
vuelta de tuerca en la producción cinematográfica, que no solo “Europa Europa”
puede brindar.
Tampoco
pediríamos esa “vuelta de tuerca” de no saber que tanto la pantalla grande como
la “caja boba” son el campo de batalla de la industria más poderosa del séptimo
arte donde sus producciones son mayoritarias en toda la grilla o programación cinematográfica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario