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jueves, 22 de diciembre de 2011

En Democracia

Estoy observando la forma meteórica en que nos asombran las cámaras parlamentarias con su trabajo. Después de un año de inactividad casi vergonzoso, pasamos, con la mayoría oficialista, ganada las elecciones, a unas maratónicas sesiones parlamentarias , dónde, de la noche a la mañana se aprobaron leyes fundamentales para el ejecutivo nacional.


      De fundamental importancia resulta la aprobación del Presupuesto con el que el Estado podrá manejarse durante el próximo año, la ley que restringirá o regulará la venta y tenencia de tierras en manos de extranjeros y el nuevo Estatuto del peón rural como así mismo la intervención del RENATRE organismo creado por el Sindicato de trabajadores rurales y estibadores creado y actualmente dirigido por el carismático Gerónimo Venegas.
      Así como veo la importancia de leyes que contribuirán con el manejo de la gobernabilidad que se pretende por parte de la administración de Cristina Fernández de Kirchner no veo la razón para crear un nuevo estatuto para los trabajadores rurales, como también creo un grave error la intervención del RENATRE que sólo obedece a cercenar las capacidades operativas y políticas del hombre fuerte del sindicato como se ha demostrado lo es Gerónimo Venegas.
Solá, Moyano y Venegas
      Cabría preguntarse dónde estaba el Estado cuando de la nada y con gran esfuerzo personal de los organizadores se fue construyendo UATRE y se pasó de unos pocos miles de trabajadores en blanco a más de 800.000 en campañas sucesivas realizadas a lo largo y ancho del país, sin poder de policía para actuar contra el trabajo en negro, como sí lo tiene el Estado, Venegas logró en pocos años aquello que se había propuesto cuando comenzó la construcción de su sueño.
      Donde están los proyectos que UATRE envió al Congreso Nacional para crear el estatuto del trabajador rural bajando la edad jubilatoria a 55 años y no a 57 como aprobaron entre gallos y medianoche.
      Nadie le regaló nada, por el contrario, muchas piedras fueron las que se pusieron en su camino sin embargo supo rodearse de fieles amigos y colaboradores que como él soñaban con un sindicato fuerte con presencia nacional que pudiera solucionar los problemas que aquejaban al sector.
      Recuerdo en 1995/6 cuando en mi bicicleta cubría la distancia que me separaba de mi casa en el barrio playa de la localidad de Quequén, debía pasar por las seis esquinas para dirigirme a mi oficina de la redacción de D21 y Tierra Fértil en la ciudad de Necochea, allí podía verse a un grupo de hombres en la vereda de unas instalaciones, que después supe se trataba de la sede de UATRE – Quequén, compartiendo un sándwich y dialogando entre sí, allí conocí a Venegas y me dio su primer entrevista y me contó su proyecto.
      Doy fe que nunca se olvidó de sus orígenes y sus raíces, la población de Necochea y la región sabe de ello, UATRE y en particular Gerónimo Venegas esta siempre que se lo necesite, presente en la comunidad con nuevos emprendimientos y proyectos.
      Quizás no construyó su andamiaje político con el mismo criterio, la misma visión, eso le ha granjeado algunos problemas; Venegas no es uno de los “Gordos” que hacen del sindicalismo su negocio, aún cuando se relaciona con alguno de ellos, pero nadie puede decir que su logro mayor a sido el blanqueo y bienestar de miles de trabajadores rurales, a quienes siempre se ha dedicado.
      Fue durante la gobernación de Duhalde y de Felipe Sola en la secretaría de agricultura y pesca de la Nación que recibió respaldo para actuar en la provincia y estar presente en cuanta feria agrícola y ganadera se realizara con sus servicios médicos, sus ambulancias y Folletería, hablando con la gente, rescatando del olvido, en el que por años habían estado al empleado del campo, y todo esto sin apoyo del Estado Nacional, de esa época viene su lealtad hacia Eduardo Duhalde a quién respaldó en la elecciones de Octubre, cosa que no le perdonan.
      Un estado que ahora se queda con el trabajo ya logrado y que ignora el trabajo y los proyectos de los propios trabajadores rurales.
      No es justo ni democrático es más una actitud autoritaria de quién no tiene otras herramientas para articular relaciones institucionales, sin perjudicar al sector, donde la política y sus intereses se impone sobre la razón.
      Ahora deberá ser la justicia quién decida que criterio o camino adoptar será más justo para los trabajadores, en definitiva los únicos que deberían ser tenidos en cuenta en este tremendo contrasentido.

viernes, 9 de diciembre de 2011

lunes, 28 de noviembre de 2011

Subsidios Sí, Subsidios No.

             Esta cuestión antagónica, si se quiere nunca se nos presentó como un dilema a los Argentinos, los subsidios aparecieron en la vida económica de los usuarios para hacerles la vida “más llevadera”, de tal manera que justificara los negociados de los funcionarios que tenían en sus manos la relación con las empresas subsidiadas.
El Estado Nacional debe hacerse responsable de haber otorgado estos beneficios a las empresas, aún cuando al hacerlos el usuario fuera beneficiado durante su articulación pero no fue consultado para su aplicación.
Es cierto que la actual administración ya se encontró con un Estado subsidiador pero no menos cierto es que sus funcionarios usufructuaron los beneficios de los subsidios a empresas deficitarias que jamás reinvirtieron aquello que el Estado les otorgaba.
Quién fuera Secretario de Transporte de esta administración, el cordobés Ricardo Jaime es la figura emblemática de este desquiciado sistema de subsidios inconsultos.
Quizás el único beneficio más genuino y autentico es haberle permitido a los usuarios transitar etapas difíciles de su economía familiar, con mayor soltura.
Sin embargo no menos cierto es que cada administración recibió a cambio la seguridad de un movimiento más fluido del trabajador a sus respectivas actividades.
Entonces ¿Porqué motivo el usuario debe opinar ahora sobre aquello que le impusieron, aún cuando le permitió un cierto alivio en su economía domestica?
No sería lo más correcto que el Estado hallara la forma de eliminar los subsidios manteniendo por un tiempo y en forma gradual las tarifas que el usuario debe pagar, creo que es no sólo una obligación sino un derecho que el usuario se ganó.

La Historia revisada

           Claro que debe revisarse la historia y para ello sólo basta que quienes hacen esto lleguemos a ser dignos de aquello que se espera de nosotros.
No basta crear nuevas instituciones colegiadas o académicas para definir el estudio de la historia, simplemente debería ser una condición fundamental integrarse a las organizaciones, ya existentes, y desde ellas bregar por un revisionismo serio.
No permitir que se defenestre a un investigador, historiador o ensayista por el sólo hecho de discrepar con la historia oficial o plasmar una semblanza de un personaje encumbrado y abordar su vida como un ser humano simple y sencillo.
Existen historiadores mediáticos, que utilizan tanto las letras como la pantalla chica para promocionarse él y su obra.
Ensayistas que hacen de la historia una especie de “Intrusos” en el que relatan las historias cotidianas de los hombres y mujeres, abrevando en cartas intimas o personales, tomadas como documentos públicos.
Según mi forma de pensar nada de esto esta reñido por la ética en la medida que la ética misma se halle entre nuestros valores intrínsecos y sepamos hacer uso de ella.
Aún recuerdo lo mal que recibieron el “Don José” de mi querido amigo José Ignacio García Hamilton, (foto) aquellos que no se permitían ver al San Martín humano y preferían mantenerlo en el bronce.
No es creando nuevas instituciones para el estudio de la historia, divide y reinaras, como recrearemos la historia que escriben los que se imponen en el entramado social de una nación, sino haciendo una nueva revisión de los hechos que la construyeron e influyeron en la vida del país, sus hombres y mujeres hasta nuestros días.

Ruben Amilcar Spaggiari

sábado, 8 de octubre de 2011

Se nos fue Germán Canhue (07/10/2011)

Estará en nuestro recuerdo permanente como lo que fue, un luchador de la causa indígena y gran vocero del pueblo Rankulche y de la Nación Mamülche a la que pertenecía.
Por más de treinta años trabajamos juntos, dentro y fuera de la AIRA, él desde su propia organización, la FICAR otorgó una renovada identidad a su pueblo reinstalándolo en el moderno entramado social de nuestro país. Fue guía y ecuánime moderador en cuanta causa participó, por su gran don de hombre de bien, supo granjearse el respeto de todos sus interlocutores a quienes siempre extendió su mano amiga, su palabra certera y conciliadora.
Hasta pronto, querido amigo.

jueves, 8 de septiembre de 2011

100 años de Esplendor

Nelly Omar
10 de Septiembre 1911 – 10 de Septiembre 2011

domingo, 28 de agosto de 2011

Carta al asesor de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación Dr. Juan Carlos Tealdi.

Sr. Juan Carlos Tealdi

Director de Bioetica
Hospital de Clínicas
Ciudad Autónoma, Buenos Aires                 C/C Secretaría de Derechos Humanos de la Nación


De mi mayor consideración:
                                             Me dirijo a usted con la finalidad de aclarar un punto fundamental de la “Muerte Digna”. Cuestión que ha tomado estado público debido al reclamo de familiares de aquellas personas que se encuentran en situación terminal y sin poder propio de decisión sobre su propia vida.
Si no existiera la necesidad de una legislación sobre el particular nada de esto hubiera ocurrido en tanto y en cuanto el tema de la muerte digna está planteado en la sociedad actual desde hace muchas décadas y más aún entre los profesionales de la salud.
Este año murió un símbolo de aquellos años, que como todos sabemos pagó muy caro su compromiso con sus pacientes.
Me estoy refiriendo a el Dr. Norteamericano de origen armenio Jack Kevorkian quién falleció el pasado 3 de junio.
En aquella época de los años cincuenta y sesenta “La Escuela del buen Morir” fue una corriente de pensamiento que separaba muy bien la “Eutanasia”, tan en boga durante las primeras décadas y mediados del siglo XX, de la “Muerte Asistida” como se la llamaba entonces.
Quisiera poder recordarle una cuestión que usted debe saber muy bien.
En la sociedad moderna con un entretejido social tan heterogéneo nada puede quedar librado a la subjetividad propia de la condición humana, cuanto más se escriba y norme el comportamiento colectivo de las personas, menos posibilidades tendremos de equivocarnos.
Como anticipándome a ciertos cuestionamientos, sobre el particular, escribí en la década de los ochenta “La vida Infinita” que publique artesanalmente, después realice otra edición ya con ISBN 9-789879-760406. Desde hace un año se encuentra en forma libre, gratuita en la página web de mi editorial www.editorialfps.com.ar/editorial
En su carácter de asesor sobre Bioética de la Secretaría de Derechos Humanos de La Nación usted esta en condiciones de marcar la diferencia en este tema, no puede equivocarse e inducir a ello a otros.
Lo que abunda no daña y una buena ley aunque perfectible dará un marco de adecuada seguridad y tranquilidad a los espíritus y corazones inquietos o doloridos.

Sin más que agregar saludo a usted, Atte.