Vendo negro, fuerte, dócil y barato, todo trabajo.
Parece de ayer, pero es actual
Esto está ocurriendo ahora en ciertos lugares del mundo, no muy lejano,
bajo los ojos cómplices y desaprensivos de las Naciones hipócritas del mundo.
En Libia un esclavo apto para trabajar cuesta 400 dólares.
El mal existe, es el resultado inequívoco de la
inacción de ese otro sector de la sociedad que mira sin hacer nada ante una
práctica que suponíamos abolida hace siglos.
Es
aberrante, hasta me resulta incómodo, ciento esa vaga sensación de vergüenza
ajena; vergüenza que nos embarga como resultante de la impotencia y rabia, al
darnos cuenta de lo funcionales que le somos, al sistema.
Incomodo
por ponerme a escribir sobre un tema, tan aberrante y doloroso, desde la
comodidad de mi estudio-biblioteca-departamento; mi (Bulín) que a pesar de no
estar en la calle Ayacucho es, mí
Bulín.
Como
buceador del pasado he recorrido infinidad de veces aquellos momentos en que se
abolía la esclavitud.
En
nuestro país, este hecho, mereció
incorporarse en las bases y fundamentos de nuestra Carta Magna, hasta hoy día.
Sin
embargo aquellos aberrantes hechos del comercio de seres humanos se sigue
practicando ante el silencio cómplice de la comunidad Internacional.
Que vacío tiene que estar el
corazón del hombre para que desoiga la razón y su
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Con
la lejana esperanza de contribuir a clarificar y apaciguar conciencias, en
particular la mía; dejo al lector su propia evaluación de lo expuesto para
sentir como repercuten en su existir situaciones como la que nos ocupa.
Qué
insano derecho se arroga el hombre sobre otro hombre causándole situaciones
dolorosas y adversas a él y su familia.
Esta
situación expresada ahora por estas fuentes confiables no son menos ni más
graves que aquellas que desde hace tiempo nos hablan de la trata de personas
constantes entre países de los Balcanes después de las confrontaciones que
asolaron la región.
La situación se repite allí donde las
personas luchan por sobrevivir de la opresión y la muerte.
Situaciones
que muy bien han sido captadas por Hollywood en películas muy buenas donde se
expone con claridad esta problemática pero ¿Somos nosotros los únicos que hemos
visto estas denuncias recreadas?
¿Qué
ha hecho la comunidad Internacional para paliar esta aberración que, como usted y yo sabemos y, Observerink. Com lo expresa, sucede ahora en Libia; estas
acciones no pueden ser llevadas adelante sin la complicidad de las autoridades
de cada país.
Recientemente
se difundió un video del gran Noam Chomsky sobre cómo se está combatiendo el principio de solidaridad; principio que
no le es funcional a las clases dominantes, a los ricos.
También
estamos viendo como en las redes sociales se condena a quienes se solidarizan
con situaciones o sucesos ocurridos en otros puntos del planeta pero, se
supone, somos incapaces de comprometernos con sucesos ocurridos en nuestra
ciudad.
A
quienes se dejaron ganar por la destrucción del principio de solidaridad, deben
saber que éste se expresa en base a una interpretación sutil, subliminal de
sucesos, que impactan nuestros sentidos,
accionando sobre nuestros principios y
valoraciones haciéndonos comprometernos con ciertos aspectos o
situaciones.
El
principio de solidaridad debe canalizarse allí dónde nuestro corazón nos exige
su atención y compromiso, sin importar su proximidad o lejanía, que ciertamente
poco importa.
El
ser solidario es poner nuestra mente
y nuestro corazón en sintonía con el sufrimiento del otro, allí donde se
encuentre, estar presente y tender una mano, si las circunstancias lo ameritan,
también; lo uno no invalida lo otro, por el contrario, lo potencia y dignifica.
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