Todo,
a su debido tiempo
La situación que se está
manifestando y preocupa a los referentes, bien pensantes, del mundo al observar
la alarmante involución en las
capacidades de aprendizaje en las nuevas generaciones.
planificada adecuadamente y luego
incorporada en los niveles de aprendizaje correctos.
Es
común observar, en nuestra sociedad, como autoridades, padres desinformados, u
orientados a cierta forma de pensar, cargan las tintas sobre los docentes,
poniendo en dudas su capacidad e idoneidad para ejercer su profesión.
También
es cierto que se realizaron tibios intentos para dosificar el abuso de las
nuevas tecnologías, en el aula; aspecto incapaz de contrarrestar la invasión
que se ejerce sobre el conjunto de la sociedad por las empresas y el mercado de
las telecomunicaciones y el entretenimiento.
Sólo los despistados, quienes prefieren
desconocer estas circunstancias, pueden hacer responsables de esta situación y
los males del sistema educativo a los docentes . Una sociedad que goza y
alienta el desprestigio de un sistema manoseado por las distintas
administraciones políticas.
No
es un secreto que éstas ( Las administraciones) no encuentran o no saben, las
verdaderas razones de un sistema educativo que se entronque en los proyectos
políticos de los precursores, que exprese las profundas raíces de esos viejos
anhelos.
Proyecto
que contenga tanto a educadores como educandos, contemple sus necesidades y
sepa expresar sus contenidos.
Ahora, la sociedad está despertando de
su adormilado estatismo, (Más vale tarde
que nunca) e intentara revertir aquellos errores del apresuramiento al
aplicar tecnologías nuevas.
Supóngase
que prueban en humanos nuevos medicamentos, sin la debida autorización o, pruebas previas de testeo durante un tiempo
prolongado.
Ya
ha sucedido y tanto la sociedad, cuando se entera, como los organismos gubernamentales,
quienes tienen el control del sistema de salud: Organización Mundial (OMS); Panamericana (OPS) hacen un seguimiento muy estricto
sobre los responsables
En
el siglo XXI el ingreso de esas nuevas tecnologías se introdujo sin tener un
período previo en forma compulsiva y caótica sin un período previo para docentes
y alumnos y en particular permitir a los docentes pudieran ajustarse a las
exigencias de los alumnos, que en cuestión de estas nuevas disciplinas son
significativas.
De
esta forma el docente perdió en el aula el principio de autoridad que otorga el
saber, generador y sustentador del respeto,
que debe regir en el “Microcosmos” que es un establecimiento educativo.
El
uso indiscriminado de estas tecnologías liberó tanto al docente como al alumno
de viejas antinomias que flexibilizaron, por un tiempo las interrelaciones
escolares haciendo que las horas de clases, exigencias y trabajo conjunto e
individual se trastocaran en juegos de interacción en la red de redes, videos o
formas operativas nuevas o más distendidas.
El
resultado de estas modalidades de aprendizaje, sustancialmente aceptadas por el
alumnado y gran parte de la docencia, demostró,
la fecha, no ser respuesta para lograr los objetivos; los referentes del
sistema reaccionaron a la “Modernidad” sin saber, experimentar o evaluar
adecuadamente, las herramientas que ésta ponía a su disposición.
Una
generación de chicos que no saben pensar o no tienen una metodología de
razonamiento, no saben hacer cálculos mentales, o más simplemente no sabe
matemática, está alarmando a los responsables.
Se
dice en la calle, voz que no debemos desoír quienes nos suponemos periodistas; que:
“…
La juventud no tiene nada en la cabeza; se la pasan todo el día con el Celular
o su computadora, no hacen nada útil…”.
Es
cierto que una cuota de razón asiste a esa “ Voz de la calle ” una sociedad que
observa y siente el palpitar de sus integrantes: … Las personas no se comunican
persona a persona, el uso de nuevas formas de interacción está ganando la
partida.
Las
redes sociales, el chat, el celular, con esos mensajes entrecortados que nos
obliga a utilizar una gramática y sintaxis disparatada e incomprensible que
sólo aumentan la incomunicación.
Parecería
hallarnos inmersos en la “Generación de idiotas” de la que nos hablaba Albert Einstein,
producto del uso de la tecnología: “…Temo el día
en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una
generación de idiotas.”
Todavía
estamos a tiempo de revertir estos apresuramientos o errores y desandar el
nuevo camino emprendido, el dictado la escritura y caligrafía son un buen comienzo.
La
aplicación de la memoria en la práctica matemáticas, históricas y geográficas
aportarán una visión ampliada para los contenido curriculares que se podrán
ampliar con la colaboración de las nuevas herramientas, que jamás deberemos
desecha si pretendemos tener un futuro.
De
nosotros depende.
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