"Vamos a terminar con esta Misión", dijo apoyando su mano sobre el escritorio negro
que sostenía su cuerpo. Los flashes de las cámaras rebotaban en sus arrugas que
dejaron de existir mediante cirugías estéticas. Los micrófonos adornaban la
escena, como pequeños arbustos a los pies de un roble. Claro está, que el señor
Netanyahu, no se considera un árbol, ni lo piensa, como tampoco piensa en los
posibles hijos que debe tener, o en los que nunca tuvo. Acomoda su corbata azul
y sonríe, la extraña sensación del botox y los broches lo hacen estirarse.
Él sabe que mata niños, que mata hombres,
mujeres, ancianos, robles, arbustos, perros, gatos....Pero él tampoco piensa en
ello, mientras toca su bolsillo, tanteando si esta la billetera.
Lo inhumano del humano.
DIGO BASTA.
Lo inhumano del humano.
DIGO BASTA.
Como hacer que una noticia que nos molesta, a las que estamos acostumbrados, pueda
leerse.
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