La verdad, siempre duele
Días negros
Siempre
sentí que el terrorismo del odio, que solo lleva muerte y destrucción, es la
respuesta que, los pueblos sometidos o acosados por múltiples medios, utilizan
para combatir a su opresor, dado que les resulta imposible combatirlo en el
mismo terreno.
Los
países que han oprimido a otros pueblos con políticas totalitaristas,
económicas, políticas o acciones
militares deben saber que la respuesta será, indefectiblemente, ser golpeados
allí donde más les duela.
Todos
sabemos, en el mundo globalizado actual, quienes son los que están pagando
facturas vencidas, por sus acciones pasadas y presentes.
Los
propios pueblos de esos países son víctimas, cautivas, y en cierta medida,
complacientes de las políticas implementadas por sus respectivos gobiernos,
pretendiendo mantener su forma de vida y sociedad, convalidan lo actuado.
Se
dice que en esta confrontación no hay “Inocentes” porque seguimos o respaldamos
a nuestros gobernantes, esparciendo dolor y muerte por el mundo.
Existen,
supuestos atenuantes, en el ideario colectivo, pero no justificativos para esas
políticas o acciones; pasa con Francia algo que se anida en el corazón
desprevenido, sordo y ciego de una gran porción del pueblo francés y Europeo,
no pueden entender: ¿Porqué ellos, son el
foco de la violencia?
¿Se
preguntan alguna vez cuales fueron las acciones que sus políticos llevaron
adelante subviertiendo los derechos y la
autodeterminación de otros pueblos que debieron soportar el autoritarismo
del poder sin poder oponerse?
Francia
es una asociada a la Organización
del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, y como tal responsable de cuanto
desajustes se atribuyan a sus asociados; esto es más que suficiente para estar
en la mira de quienes, planean, programan o ejecutan cualquier acción contra
los responsables de los graves males del mundo.
Los
franceses no deben olvidar su participación en los hechos y políticas de pos
Guerras, la implementación de políticas de conveniencia, que tejieron una trama de antojadizo poder,
de unos contra otros; podemos poner el ejemplo más triste y doloroso, del cual son copartícipes de la ocupación de la
Península del Sinaí y la posterior, e inconsulta sesión de tierras a Israel,
para luego, bajo cuerda, forzar la creación de un Estado en la región, el
“Estado de Israel” en desmedro del Pueblo Palestino.
Un
pueblo que se vio expulsado de sus tierras en la que había vivido siempre; un
pueblo que hoy sobrevive disperso y en una franja de ellas, “Franja de Gaza”
como refugiados.
La
cultura de Occidente reconoce el aporte genuino que el pueblo francés le ha
brindado, pero también es consciente de la gravedad de las políticas
practicadas por ellos y sus asociados, en los últimos siglos, en desmedro de
países vulnerables.
Hacen
igual que sus “Socios”, hacerse los distraídos a la hora de buscar las razones
que llevan a estas acciones; intempestivas que sólo buscan dolor y muerte, que
expresan la “Bronca” contenida de los pueblos arrasados. ¿Qué esperaban?