En dicho escudo puede observarse
la cruz de Calatrava, orden que fuera creada en 1158 bajo los auspicios de la
hermandad Cisterciense (Hermandad creadora de la Orden de los
caballeros de Cristo, o del Temple bajo la protección del monje Cisterciense
Bernardo de Claraval, hoy San Bernardo considerado el hombre más influyente de
su época) para proteger la ciudad de Calatrava en la lucha contra los Moros.
Posteriormente dicha orden se
ofreció a refugiar a los caballeros que escapaban de la furia enfermiza del Rey
de Francia que los condenó, en sus posesiones, los reyes de España de Castilla
y Aragón enfrascados en la liberación de Granada cobijaron de buen grado a los
“Monjes guerreros” en esta Orden, gran cantidad de ellos, provenientes de los
rincones más distantes de la Europa Medieval,
lucharon bajo la corona de los reyes españoles hasta la reconquista
ocurrida en 1492.
La mano de obra desocupada se
empleó en nuevos “Emprendimientos”, el de Colón fue uno de ellos; aventuras que
España y América pagaron caro, sus destinos quedaron ligados para siempre.