La ceguera Politiquera
Mediante la resolución
Nº 184/2012 (presentada por los Señores Diputados Leonardo Álvarez, Federico
Bodlovic Chaparrotti, Alexis A. Quintana, Miguel Ángel Guanes y Manuel Martín
Sotomayor), emitida por el Poder legislativo de la provincia el 13 de junio
de 2012 y el Despacho de Comisión Nº
096/2012 de la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Cruz.
Esta resolución solicitó al
Poder Ejecutivo Provincial a través del Consejo Agrario Provincial (CAP)- que
se declare al guanaco como “especie perjudicial” de la provincia.
Allá
por 1967 decidí dejar de disparar sobre cualquier especie y me propuse cambiar
el arma por la cámara, fue por entonces que comencé a dedicarme al periodismo
Fui
durante varios años, cazador, miembro de la Asociación de caza mayor de Río
Negro, en esa actividad estacional, despuntaba el afecto por las armas y la
caza deportiva.
Después, mis
compromisos militantes con las causas populares me obligaron a alejarme de
ellas y su uso; después vino el “golpe de estado” cívico militar, los años
oscuros y el “Proceso de Organización Nacional”, instantes peligrosos para las
armas, situación que contribuyó, a mi definitivo alejamiento de ellas.
“Cualquier
bicho que camina va a parar al asador.” Reza un viejo
dicho campero, que mi padre utilizaba como muletilla, para justificar sus
acciones de hombre de campo, acostumbrado a la vida natural, con la cual se
nutrió mi infancia, en los límites de la cultura ciudadana y agraria.
En
aquellos años llegue a cazar uno que otro guanaco, muerte que, a la distancia
de carabina y totalmente desprotegido e inerme, el pobre animal, no podía
evitar.
El
conflicto, se planteaba al momento de tener que cargar en la caja de nuestra
camioneta, el producto de nuestro acto “Deportivo”.
Momento
donde una persona normal se replantea el objetivo que motivan sus actos,
circunstancias que cambiaron mi forma de vivir y de pensar.
La
Actividad agro industrial de la Provincia de Santa Cruz se está declarando
afectada por la cantidad de Guanacos que pueblan sus campos, impidiendo el
libre pastoreo de sus manadas lanares, intentan declarar a esta especie de
camélidos netamente Americano que junto a la Llama, la Alpaca y la Vicuña se
distribuyen en nuestro territorio.A
partir de entonces, los únicos disparos fueron a través del visor de mi cámara
y con alguna crítica ácida sobre mis semejantes, cosa que intentaré repetir
hoy.
Es
redundante, nos parece anacrónico, manifestar que quienes introdujeron una
especie en las mesetas Patagónicas fueron los productores que hoy quieren
erradicar a una especie “AUTOCTONA” de sus tierras, donde siempre vivieron.
Esta
es la historia de nunca acabar, protagonizada por personas que miran la vida
desde la Ventanilla o caja de un Banco, esta es la única razón que puede mover
a quienes hoy intentan justificar lo injustificable.
Por
un lado existen emprendimiéntos para recuperar y hacer producción intensiva de las
especies amenazadas de camélidos en el territorio nacional.
También
el Ñandú Americano fue motivo de cuidado y procreación cuidada para un renacer
de esta especie autóctona.
Pero
siempre surgen estos mercantilistas que hacen oídos sordos de los grupos
defensores de la fauna autóctona, tildándolos de “Ecologistas” ¡Cómo
si serlo, fuera una “Mala Palabra”!
Junto
al ganado cerril que habitó las llanuras pampeanas y parte de la Patagonia
Argentina, estas especies fueron el alimento y abastecedoras de elementos
naturales de su hábitat y vida cotidiana, vestimenta y armamento de los pueblos
naturales.
Nuestros
Museos están plagados de obras de arte donde se representan las famosas “Boleadas”
que realizaba el hombre de las llanuras.
En
la obra cumbre de nuestra literatura
Gauchesca el Martín Fierro de José Hernández y en casi toda la literatura de
nuestros orígenes se hace mención, en reiteradas oportunidades, de la convivencia
entre los hombres de las llanuras o mesetas patagónicas y aquellas especies que
no solo los alimentaban sino que les aportaban materiales para sus viviendas,
monturas, armas y para el comercio, entre los suyos.
Poco
a poco fueron supliendo estos animales más pequeños por los grandes vacunos o
caballares de los cuales podían hacer mayor uso de sus partes, por su
abundancia en la llanura pampeana el ganado mayor fue suplantando a estos
pequeños animales que hacia la mitad del siglo XX quedó circunscripta a los
cotos de caza y recría, más controlada por modernas leyes de caza estacional y
preservación.
Pero
parece que hay algAñadir leyendaunas personas que prefieren mirar para otro lado y bregar por
una ganadería dañina, como lo son los bovinos, en lugar de emprender nuevos
desafíos.
Esperemos
que estos nefastos datos que nos llegaron, no produjeran resultados, que
debiéramos lamentar.