Isabel II de
Inglaterra y Francisco
Un día después de la conmemoración
de la guerra de Malvinas de 1982, que se recordara en Argentina todos los 2 de
abril, de cada año, desde entonces, el sumo pontífice de la Iglesia Católica
Romana.
El Papa Francisco (De
nombre secular Jorge Mario Bergoglio, argentino, por nacimiento) se reunirá con
Isabel II, Reina de Inglaterra y su consorte, sin tener en su agenda, hablar sobre
MALVINAS, aduciendo que en este tema, la Santa Sede, se mantendrá y declara: Neutral.
Ruben A. Spaggiari para D21 y la Web.
El
periodismo en general busca respuestas a las razones de esa neutralidad,
aducida por altas fuentes del Vaticano.
Los
periodistas argentinos, después de recibir las palabras que la Sra. Presidente,
Cristina Fernández dirigió explícitamente al gobierno inglés, el día de
Malvinas que es conmemorado el 2 de abril de cada año.
Sabemos
que la Iglesia, fiel al mandato de sus intereses ancestrales, que nada tiene
que ver con la fe, sino con los intereses políticos, como cualquier Estado
Independiente del Mundo, se acomodó y acomoda a las políticas imperantes y
hegemónicas que controlan y gobiernan, el actual estado de cosas, en el mundo.
También,
la mayoría de mis compatriotas y Latinoamericanos, católicos, sobrentendimos que
las respuestas de la Santa Sede, ante problemas que podrían afectar a la
región, tendría en Francisco un defensor.
Pues,
creo que nos dejamos llevar, al igual que la mayoría de los Americanos, por la
euforia inicial de creer que los problemas se solucionarían olvidándonos que,
como dije en una nota que redacté hace unos días, “… Francisco es argentino
pero no hace milagros.”
Palabras
escritas en razón de un subjetivo sentimiento de credibilidad excesiva de las
acciones de este argentino como jefe de estado del Vaticano.
Como
tal, deberemos reconocer que, Jorge Mario Bergoglio no podrá substraerse a esa
línea que a través de los siglos a tejido la trama de conveniencias, acuerdos
por la supervivencia del poder sobre las almas de los hombres.
Poder
que La Iglesia ha debido trazar con los poderosos desde Constantino, emperador de Roma, (306-337
D de C) y
Saulo
de Tarso (El
apóstol Pablo, 5 /10 d.) creador y
tejedor político de la urdiembre de la Iglesia), tal como es hasta el presente,
desgranando cada página de la historia de la humanidad.
La gran política de los hombres cederá
ante los principios y postulados de la Iglesia en la intermediación de los
hombres; y el Papa Francisco no será otro que el portavoz, de esa nueva Iglesia
gesticularia, pero no esperemos nada más, sólo gestos.
Esta
Iglesia, “Pastora de almas”, definición preferida de varios sus prelados, en el
transcurso de la historia que ha visto y registrado la constante hipocresía con
la que siempre ha manejado sus políticas de relación que proclamaba una cosa y
hacía otra.
Gestos,
de buena voluntad, será todo lo que podremos esperar de un político que deberá vender
su imagen mediática de “Santo” para los fieles que lo miran por TV. Pero que en
la realidad cuando debe comprometerse con su pueblo con su país, porqué así
conviene a la Iglesia que se declara, neutral.